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Casa de los Vitrales

Caminar por las calles de la Ciudad Colonial de Santo Domingo es hacer un viaje al pasado. Es fácil perderse en la magnificencia de los edificios históricos que, aunque silenciosos, cuentan historias de un pasado glorioso. Fue aquí, en este rincón de la ciudad, donde se fundó la primera ciudad del “Nuevo Mundo”, y aún hoy, siglos después, cada piedra parece tener una historia que contar. Para aquellos que buscan algo más que un recorrido turístico común aquí es donde entra en escena Casas del XVI, un concepto único de hotel boutique que no solo ofrece alojamiento de primera clase, sino una experiencia auténtica en el corazón del patrimonio dominicano. Lo que distingue a Casas del XVI de otros alojamientos en la Zona Colonial es su capacidad para transportar a los huéspedes a una época pasada sin sacrificar las comodidades modernas. Aquí, las habitaciones y facilidades están distribuidas en diferentes casas y cada una tiene su propia personalidad, con detalles arquitectónicos únicos que cuentan historias de siglos anteriores.

Casas del XVI ofrece un estilo de vida de lujo, cultura vibrante y un escenario perfecto para disfrutar de unas vacaciones inolvidables

Entre las joyas que componen este distinguido hotel se encuentra una casa en particular que destaca tanto por su belleza como por su relevancia arquitectónica: la Casa de los Vitrales. Con su imponente fachada y su diseño neoclásico-ecléctico, la Casa de los Vitrales es un testimonio vivo del esplendor de principios del siglo XX en República Dominicana. Construida en 1912 por el célebre arquitecto Antonín Nechodoma, la casa fue una de las primeras edificaciones en el país en ser construida con hormigón armado, un hito que por sí solo la convierte en una obra maestra de la arquitectura de la época. Desde el momento en que uno pone un pie en esta majestuosa residencia, es imposible no sentirse impresionado por la grandeza de su diseño. Sus enormes columnas y su elegante fachada la distinguen del resto de los edificios circundantes, mientras que los detalles arquitectónicos cuidadosamente elaborados invitan a ser admirados. Sin embargo, lo que realmente otorga un carácter único a la Casa de los Vitrales son los vitrales poli-cromados que adornan las ventanas, bañando los interiores con un suave juego de luces y colores que crean una atmósfera mágica.

Estos vitrales son una joya del estilo Arts and Crafts, una corriente artística que floreció a finales del siglo XIX y principios del XX. Originarios de la Escuela de Chicago, los vitrales de la casa no solo son bellos, sino también funcionales, ya que actúan como filtros de luz natural que iluminan los amplios salones con un aura multicolor. Los tonos cálidos y fríos se entrelazan en una danza de luces que varía a lo largo del día, ofreciendo una experiencia sensorial que cambia constantemente.

Más allá de su belleza arquitectónica, la Casa de los Vitrales se ha convertido en un lugar donde el lujo y la cultura se fusionan para ofrecer a los huéspedes y visitantes una experiencia inolvidable. Desde el instante en que cruzas el umbral de la casa, te envuelve una atmósfera de refinamiento y sofisticación, un eco del pasado que se siente en cada rincón.

Pero la Casa de los Vitrales no es solo un lugar de contemplación estática. En sus espacios se vive la cultura y la celebración. A lo largo de los años, ha sido escenario de eventos internacionales de moda, arte y diseño, posicionándose como un referente en la Ciudad Colonial para aquellos que buscan combinar la cultura con el lujo en un entorno inolvidable, este enfoque permite crear experiencias personalizadas y únicas, garantizando que cada evento sea memorable y esté a la altura de las expectativas de los huéspedes más exigentes.

Artículo original publicado en la edición diciembre 2024 de Spend In.

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